jueves 18 de abril de 2024 - Edición Nº4453

Noticias | 27 ago 2013

Sealord se fue del país y le habría cedido Yuken a Pott


  Mediante un comunicado, Graham Stuart, Ceo del grupo de capitales Neozelandeses Sealord, confirmó la venta de su "filial deficitaria" argentina Yuken a la que ha calificado como “un peso muerto” y una “historia de terror”. La venta concretada el pasado 16 de agosto marca el final de Sealord luego de 13 años de actividad en el país durante los cuales la empresa ha incurrido en pérdidas significativas, según informó el directivo. Pott: el antiguo socio Si bien la firma no reveló el nombre del comprador, fuentes altamente confiables que ayer se comunicaron con Mar&Pesca deslizaron que, más que una venta, se trató de una entrega en cómodas cuotas a su antiguo socio; el empresario Alfredo Pott. Cabe acotar que la venta incluye dos arrastreros, el Coalsa Segundo, de 76 metros de eslora largo, (foto), y el Beagle I, de 60 metros, y sus respectivas cuotas individuales transferibles de 7.900 toneladas de merluza de cola y 10.800 toneladas de merluza hubbsi. Tras un amplio proceso de venta que se extendió por dos años, Stuart se mostró complacido de que Sealord se haya podido liberar de la empresa a la que sin vueltas calificó como "deficitaria". "Durante este tiempo nos habíamos comprometido con una serie de firmas  internacionales que han expresado interés en la compra de Yuken pero al final Argentina demostró ser una propuesta demasiado difícil para los inversores extranjeros", dijo Stuart, y acotó: "Sin una venta seguro,Yuken se declaraba  en quiebra voluntaria.". De todos modos, el directivo evaluó que, “la venta garantiza que Yuken puede seguir funcionando y proporciona a Sealord una salida limpia”. “Saqué a Argentina y el grupo subsiste”, indicó. En ese contexto, y comparando la inversión Argentina como una "historia de terror", Stuart dijo que la compra de Yuken no ha sido buena, incluso en el mejor de los casos : “Sealord ya recibió un golpe  de US $ 10 millones en su aventura argentina.  Yuken, en 2012,  registró una pérdida operacional de US $ 7 millones”, explicó. La inflación como principal escollo De todos modos Sealord no es la única que se fue pique,  otras compañías también han luchado frente a los crecientes costos de la Argentina, donde el aumento de la inflación en los últimos 10 años ha disparado los costos de personal, insumos y suministros, entre otros. En febrero, la nipona Nissui vendió sus activos compuestos por dos barcos tangoneros y una planta  al grupo Contessi. A principios de agosto,  Ocean Harvest de Noruega decidió detener las operaciones en el surimi pesquero Centurión del Atlántico, que posee a través de su filial argentina Estremar. La decisión se debió principalmente a los altos niveles de costos. En ese sentido, el director general de Ocean Harvest, Finn-Arne Lorentsen, dijo que : "Es difícil operar este tipo de arrastreros en Argentina en este momento, debido a la alta base y creciente costo fijo". A diferencia de Sealord, sin embargo, Ocean Harvest tiene la intención de permanecer en el país, dijo Lorentsen. " Queremos seguir y proteger nuestros valores de cuota en la Argentina, y estamos todavía allí. Nuestro otro buque, Antártida III, todavía está en operación ", señaló.    
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