Después de una verdadera odisea en altamar, en la que el pesquero Pensacola derivó al garete por casi tres días con once tripulantes a bordo y soportando enormes olas de más de seis metros, finalmente todos los hombres de mar regresaron a tierra sanos y salvos, reencontrándose con sus familias quienes, luego de conocer la problemática de sus seres queridos, realizaron airados reclamos ante Prefectura y hasta un corte de circulación sobre calle Abásolo, lo que provocó un verdadero caos vehicular durante la jornada del viernes.

Familiares de los pescadores confirmaron que el Pensacola fue remolcado por el buque potero Don Pedro hasta la rada del puerto de la ciudad, escoltado por el guardacosta Thompson. Debido al calado del potero, el remolque no pudo ingresar a puerto, por lo que fue la embarcación de prefectura la que cubrió el último tramo de navegación con el pesquero averiado hasta el muelle mismo.

El operativo de rescate concluyó poco después de la una de la madrugada de ayer, domingo, con un importante movimiento de personal de la Prefectura local, equipos médicos, que hicieron un chequeo rutinario y preventiva apenas bajaban cada uno de los once pescadores comodorenses, y por supuesto no faltaron sus emocionados familiares quienes, hasta sólo unas horas antes, hicieron sentir su enojo y reclamo por el desconocimiento que tuvieron del accidentado viaje de sus seres queridos. Precisamente sobre ello, una de las esposas de los hombres de mar, pidió disculpas a la comunidad por el problema vehicular causado con el corte de calle realizado sobre calla Abásolo, pero justificó la externa medida “ante la falta de información tanto de Prefectura como del dueño del Pensacola de la situación que sufría nuestra gente. Tienen los teléfonos de cada familia así que lo reprochable es que nos tengamos que enterar por otra gente, por otros pescadores, de la delicada situación que sufrían”. Afortunadamente no hubo que lamentar ninguna tragedia “pero en la falta de acción que hubo durante tantas horas, bien pudo haber ocurrido y eso fue lo que causó nuestro malestar. Lamentablemente y recién luego de nuestras acciones de fuerza, fue cuando se movilizaron todos y hasta pudimos comunicarnos con nuestra gente para conocer su estado. Ojalá esto no vuelva a repetirse; no hay mayor angustia que no saber qué le sucede a nuestros seres queridos”, señaló finalmente.