Integrantes de la cooperativa Transportistas Portuarios Unidos, (TPU),  hicieron público su malestar por la decisión que tomó la empresa pesquera Arbumasa de prescindir de los  servicios de traslado de materia prima que le brindaban  para darle lugar a un grupo de  propietarios de camiones que anteriormente pertenecían a dicha cooperativa y que ahora decidieron desvincularse y trabajar por su cuenta. Tras una asamblea celebrada ayer entre unos 30 socios, el presidente de la entidad Pablo De Monte señaló que busca que la pesquera revea su posición, y para lograrlo  se reunirán con las autoridades políticas de la localidad y enviará notas a distintas reparticiones de la provincia  anticipando medidas de acción directa entre las que no se descarta  el corte del puerto como última alternativa, pero que por ahora serán respetuosos. “Somos 40 familias que vivimos de esto hace años y nos sentimos defraudados porque ahora salieron de la noche a la mañana dos personas, que pertenecían a la cooperativa y nos traicionaron, una de ellas,  es el señor Gustavo Cevallos que ocupa un puesto jerárquico en Arbumasa y ahora arman una nueva empresa quitándonos el 30% del trabajo porque se quedan con 10 barcos”, sostuvo molesto, para luego acotar que “la situación de los transportistas es cada vez peor –porque- nos ponen un montón de requisitos para operar y cada vez hay menos barcos porque Santa Elena y Vieira ya no cuentan, y cuando se termina la temporada no sabemos qué hacer porque no hay trabajo en ningún lado  y tampoco el gobierno nos da un subsidio”, indicó.  “Tenemos derecho a progresar” Por su parte, Gustavo Cevallos, en diálogo con Mar&Pesca, salió al cruce de las declaraciones de De Monte al señalar que decidió separarse de la cooperativa “por manejos poco claros” de los cuales no quiso profundizar. Aclaró además que: “no conformamos ninguna empresa, somos 4 personas, dos trabajamos en Arbumasa desde hace años,  tenemos 6 camiones y ahora en unos días se sumará un séptimo y vamos a trabajar individualmente prestando servicio sólo a  la empresa Arbumasa y a sus diez barcos”, explico. “Esos barcos-amplió- no representan el 30% del trabajo como dicen. Antes trabajaban con 50 barcos, ahora con nuestra renuncia se quedan con 40 barcos, más todos los que no tienen asiento en este puerto y que ingresan de manera eventual como el caso de los poteros”, indicó. Cevallos se mostró dolido por las distintas declaraciones efectuadas durante el día de ayer en los medios radiales de la localidad y quiso dejar en claro que la propuesta con la iniciativa de prestar servicio a la empresa Arbumasa  le fue presentada al gerente de la firma, quien después de  analizarla durante un tiempo decidió aprobarla porque le pareció conveniente , pero; “no hay ningún favoritismo por ser un trabajador de la empresa de la cual estoy orgulloso de pertenecer”, dijo,  para finalmente señalar que “las personas tenemos derecho a progresar: hay que animarse a abrir el juego y no  creer que se tiene el monopolio de todo como lo quiere tener la cooperativa”.  “No vamos a apoyar este reclamo” Si bien durante el día por medios no especializados se deslizó el rumor de que los transportistas de TPU contaban con el aval de los mandamases del sindicato de estibadores para cortar el puerto, operarios de la estiba que al cierre de este envío se comunicaron con M&P, negaron de manera categórica que se haya mencionado el tema, “La comisión directiva del sindicato podrá opinar lo que quiera pero aquí se decide todo en asamblea y desde ya nosotros no vamos a apoyar este reclamo porque nos parece que lo que sucedió es algo interno de la cooperativa con dos socios que se fueron y no tiene nada que ver con los trabajadores”, recalcaron. Cabe acotar que actualmente los estibadores están percibiendo un jornal de dos mil a dos mil quinientos pesos diarios como producto del ingreso de los buques que con excelentes capturas participan de la zafra del langostino en aguas nacionales.  Preocupación Hay que decir el planteo efectuado por los transportistas causó preocupación entre los distintos actores del sector pesquero deseadense , al considerar que se trata de un hecho gravísimo  que intenta  desalentar toda inversión y busca tener como rehenes a las empresas privadas con asiento en la localidad coartando la posibilidad de elegir el servicio que mejor les convenga.