El pedido fue efectuado en el marco de sendas reuniones que los actores pesqueros mantuvieron con el Consejo Federal Pesquero en ocasión de una recorrida que el organismo colegiado efectuó por San Antonio Oeste para relevar las ideas y sugerencias del sector con el propósito de confeccionar un plan de manejo del langostino patagónico. Durante el encuentro con los artesanales, los pescadores; Carlos Leuze, Alejandro Sarmiento y Andrés Pazos, realizaron una breve presentación de la actividad que realizan en el Golfo San Matías indicando que la misma se inició mediante el buceo, y que originalmente solo podían vender su producto a plantas establecidas en San Antonio Oeste. La sanción de la nueva ley, que estableció la Terminal Pesquera, les permitió ampliar los destinos de las ventas y también vender directamente al público. A partir de 1995/96 se desarrolló la pesca con palangre o pincho para la captura de merluza. El producto se vendía fresco, eviscerado a bordo, y se enviaba, por avión, a España. En ese momento pasaron de 10 a 40 embarcaciones artesanales. Gracias a la existencia de la Terminal y la venta directa al público, se instaló el merluzón de pincho del San Matías como un producto de alta calidad. Luego, por disminución del recurso (merluza), y cuestiones macroeconómicas, quedaron alrededor de 20 embarcaciones artesanales. Las empresas que originalmente armaban a los pescadores artesanales desaparecieron, por lo que tuvieron que reconvertirse y pasar a encargarse también del armado de las embarcaciones (preparación de redes, combustible, carnada). Luego apareció el langostino, y tuvieron que volver a reconvertirse. Se diseñaron redes muy chicas, con portones acordes al tamaño de las embarcaciones, y se modificaron los barcos para poder capturar langostino. En 2017 llegaron a capturas alrededor de 1.500 toneladas. Su preocupación es la posibilidad de ingreso de langostino al Golfo. Consideran que hay una excesiva cantidad de barcos pescando en aguas nacionales. Por su condición de artesanales y que solo pueden operar de día y por corto tiempo, únicamente en el Golfo. Las 60 embarcaciones con las que cuenta la flota actualmente se asientan frente de la zona de pesca para acceder al recurso lo más rápidamente posible. Debido a las condiciones climáticas generalmente pueden pescar solo 3 o 4 días por semana por lo que, solicitan que se proteja la entrada de langostino al Golfo, con alguna limitación al norte del paralelo 42°S, para garantizar la posibilidad de acceso del recurso a su zona operación En tanto los pescadores independientes admitieron que la preocupación de las empresas locales es que actualmente existe un solo producto rentable e indicaron que, si bien son nuevos en la pesquería, han hecho inversiones que necesitan hacer rentables, y por lo tanto creen que, aunque han pescado un porcentaje menor del recurso, resulta fundamental que se puedan mantener en la pesquería y en ese sentido consultaron acerca de las posibilidades para acceder al caladero de langostino, y solicitaron que en función de lo que se ha incrementado el recurso, se les garantice una cuota o cupo, o se le otorguen permisos para poder acceder al caladero nacional, ya que por las condiciones económicas no consideran posible conseguir permisos de otros puertos. El CFP aclaró que las provincias de Santa Cruz y Chubut tienen compensación social de langostino en función de que ambas provincias han vedado la pesca en el Golfo San Jorge para favorecer a la pesquería en toda su área de distribución. Finalmente, los pescadores pidieron que se establezca una restricción para la pesca de langostino al norte del 42°S. porque consideran que los buques que operan en esa zona  atentan con la entrada del crustáceo al golfo San Matías.