La posibilidad de que esto ocurra esta contemplada en la nueva Ley de Concursos y Quiebras a través de la figura de “Cramdown”, (salvataje donde los trabajadores se convierten en administradores de los bienes y en empresarios), y podría ser una salida airosa a tantos años de desmanejo de una empresa que siempre vivió a costillas del Estado, según opinaron allegados a la concursada. Un momento por demás complicado es el que por estas horas atraviesa la empresa pesquera Santa Elena ante la negativa por parte de sus acreedores de prestar la conformidad para cerrar el acuerdo concursal. Tras un extensa reunión mantenida la semana pasada entre el contador de la firma, Nicolás Donadío y el Secretario de Gobierno del municipio, Sergio Viotti trascendió que tanto el municipio como el Banco Nación, dos acreedores privilegiados, no estarían de acuerdo con la propuesta de pago efectuada por la firma y la habrían considerado insignificante. Ante este escenario el propio Alfredo Pott le habría comunicado a los trabajadores, “que la actitud beligerante tanto del municipio como del banco traerá aparejada la quiebra”. “Somos la única empresa construida con capital nacional que está en Deseado, todas las otras son extranjeras, construimos la fábrica con ladrillos a la vista para quedarnos; Ahora estamos esperando asistencia financiera que nos prometió la gobernadora para llevar adelante  nuevos proyectos como el Ka-raba pero parece que lo que quieren es quebrarnos”, habría señalado Pott, según confió una fuente vinculada con el abogado César Adrogué, uno de los directivos de la firma. Para ampliar información sobre estos dichos y sobre la situación concursal de Santa Elena, Mar&Pesca intentó comunicarse en tres oportunidades con el letrado, pero no atendió nuestros llamados.