Amable y siempre dispuesto ante las preguntas de esta cronista, Valery, el gerente de Máquinas del Tango I no paró de trabajar en todo el día , ahora mientras supervisa la carga de combustible, lo espero al pie del buque. Y al cabo de unos segundos baja y me cuenta que el barco carga un total 181 mil litros pero que sólo se abastecerá de 35 mil litros para completar la carga y salir mañana a zona de pesca a retirar las trampas utilizadas en la reciente prospección de centolla y luego iniciar formalmente la zafra. Afirma que depende la actividad diaria el buque gasta 2.500 litros de combustible. “Si cocinamos centolla gastamos un poco más pero ese es el número, no varía mucho, los motores auxiliares son los que consumen el combustible”, explica. En pocos días se cumplirán 10 años que trabaja en el Tango I y lo siente como su hogar, aunque antes trabajó en otro barco. El gerente de Máquinas ruso, viene de una dilatada trayectoria en la actividad y enfatiza que “la sala de máquinas es el corazón del barco, sin sala de máquinas no hay barco, no hay pesca, no hay nada”, admite  categórico, y resalta que el Tango I  de 30 años de ambigüedad se encuentra en óptimas condiciones. En cuanto a la pesca de la centolla explica que la actividad está muy regulada por la Autoridad de Aplicación y muy controlada por los inspectores del Inidep. “está bien que así sea, esta es una pesca selectiva”, sostiene, al acotar que las trampas cuentan con un aro que propicia el escape de ejemplares de talla no comercial. “La centolla que pescamos es de muy buena calidad, un muy buen producto, en días de buena pesca se llega a pescar 7 toneladas”, asegura al  recalcar que los 30 tripulantes que trabajan en el barco tienen un gran desempeño.